Introducción
Esta
obra de Balthus (llamada por otros La
lección de piano) creó gran revuelo en su época, el mismo autor refiere
haberla hecho a propósito para causar escándalo y perplejidad ante los
espectadores, para ganar de esta manera notoriedad en su época. En 1984 la exhibición de esta obra se prohibió en una retrospectiva
dedicada a Balthus por el Centre Georges Pompidou y el Museo de Arte Moderno,
50 años después su obra molesta e inquieta por igual. Hasta 1977 no volvió a
exhibirse en público, y fue en la residencia neoyorquina de Pierre Matisse,
donde el puritanismo anglosajón impidió al crítico, reproducir la ilustración
de la obra sobre la que versaba un artículo suyo.
El mismo Balthus nos dice respecto
de su obra lo que sigue:
“Para mí las adolescentes son un
símbolo. Sería incapaz de pintar a una mujer. La belleza de la adolescencia es
la más interesante. La adolescencia es sinónimo de futuro, la adolescente es el
ser antes de transformarse en belleza perfecta. Una mujer ya ha encontrado su
lugar en el mundo, una adolescente, aún no. El cuerpo de una mujer ya está
hecho, completado. Ya no encierra ningún misterio”.
Pasaremos ahora a analizar
esta controversial obra que hasta el día de hoy está proscrita de las
exhibiciones del mundo postmoderno, y que encuentra en Suiza en una colección
privada. . Lo más sorprendente es que este
cuadro está inspirado, en uno de los lienzos más estrictamente religiosos
que pueden contemplarse en el Louvre, La Pietà de
Villeneuve-les-Avignons, datado en 1470. Balthus reconocía sin
reparos haber pintado La lección de guitarra con
objeto de escandalizar y darse a conocer. Recordemos que sólo escandalizando se
construyen nuevos símbolos, nuevas formas de pensamiento, del tal manera que el
Arte pueda seguir escribiéndose con A Mayúscula.
Para
el estudio de esta obra de arte se tomará en cuenta la teoría de Lacan, siendo
nuestros principales temas a tratar el Imaginario, encarnado por la figura
misma representada, en este caso dos figuras femeninas, una de ellas de edad
madura y la otra una adolescente, que interactúa con la mujer de mayor edad de
manera bastante pasiva. Otro de los elementos a tratar dentro de la obra es el
nivel simbólico que viene dado por el
ambiente que alrededor de ellas se forma, es decir una pequeña habitación
bastante privada, así como otros elementos de mobiliario como un piano,
aludiendo al título de la obra, y del mismo modo también aparece una guitarra,
que es comparada en cierta manera con la adolescente en su estado de pasividad
con respecto al resto del mobiliario. En
lo referente a lo Real, este tema será tratado con respecto a lo perverso, es
decir, a la situación que se desprende de las escena erótica que se puede
observar claramente en la obra y que no tiene en ningún momento una censura que
las impregne de lo que podríamos llamar pecado, sino que mas bien todo el
mobiliario y los rostros expresivos de los personajes hacen que la escena se
suscite bastante erótica, sensual y perversa en el sentido de que las personas
que observan la obra podrían sentir repulsa por la misma, debido a la corta
edad del personaje que ocupa una actitud pasiva. Ahora pasaremos a describir
las detalladamente los tres aspectos a que hemos hecho referencia en la primera
parte de este texto.
En el capítulo titulado La obra de
Arte de Wajcman nos dice acerca del arte lo siguiente: “El arte del siglo XX
parece situado en su origen bajo el doble signo del más-objeto del
menos-objeto, o del todo-objeto y del ningún-objeto-en-absoluto”. (p. 29). Esto
inmediatamente lo remitimos a la obra que se analizará acá en cuanto esta
representa al menos-objeto, es decir, que se le relaciona más con el objeto
artístico clásico, no así con los ready mades modernos. Sobre la modernidad de
estos nos habla ya que representan a la simplicidad, misma que no está aplicada
en la obra de Balthus. En cambio líneas más adelante Wajcman nos dice sobre el
arte: “El arte se mira. Ahora bien, ¿es su finalidad última el ser mirado?
Hacer gozar al ojo y al cuerpo que va con él y alegrar también el alma, desde
luego. Sin duda, Pero ¿y si las obras-del-arte que se miran tuvieran también el
efecto de hacernos mirar? En ese caso deberíamos tener esta pregunta en la
cabeza: por lo que las obras que uno ve (lo que hace gozar el ojo y alegra el
alma), por lo que “dan a ver”, ¿qué nos hacen ver? ¿Y si las obras-del-arte fuesen
anteojos? Yo las trataba con largavistas. Hacer gozar y hacer ver. Aquí
despunta el acto del objeto” (p. 35). A continuación responderemos un poco
acerca de cómo Balthus nos acerca a su obra, de manera provocativa, haciéndonos
mirar dentro de esta obra tan sensorial, que no se limita en sus expresiones
simbólicas.
El gran otro se encuentra en el
espectador de esta obra, que se encuentra censurando la escena de manera
continua y por lo tanto de la crítica de
la época y de la que actualmente se desarrolla alrededor de esta obra. Sobre el
Nombre del Padre, es decir sobre el que da la ley nos dice Ubilluz al respecto:
“La
muerte de Dios pone fin a la invocación al Amo y de este modo inaugura la
modernidad, época que retira su confianza- su fe- del Dogma o de la palabra del
Rey. Su muerte, sin embargo, no conlleva al declive del Nombre-del-Padre: como
punto final de autoridad, el Nombre-del-Padre seguirá pesando en la
estructura psíquica del sujeto, aunque ahora identificado con la razón y la
ciencia.” (p. 19)
Al respecto
podemos decir que el Nombre del Padre en la obra es mas bien recriminadora de
lo que en ella se realiza, pero que en la realidad solamente funciona cómo
castrador desde el espectador, pero no tiene ninguna injerencia en el
desarrollo de la escena que se da en la obra, y que se realiza bastante libre,
sobre todo en el desarrollo de la libido, así como en lo que respecta a lo
Real, en sus manifestaciones de lo siniestro y lo perverso con especificidad.
El
imaginario según la Teoría de Lacan
Según Lacan,
al imaginario se le relaciona con lo que el llamaba del Estadio del Espejo. En
él el Imaginario es el registro en que tiene lugar la identificación, por medio
de la cual el niño ingresa al mundo de los seres humanos en cuanto a lo que
podríamos llamar espacio y movimiento y donde se manifiestan además sus
funciones motoras. En ella señala Lacan la importancia del campo visual y de la
relación especular que subyace en el hecho de que el niño esté cautivado por la
imagen. El niño siente que está imagen suya, es otra persona, se imagina que
esta imagen no puede ser dominada por él, se preocupa además porque esta imagen
pueda sentir igual que él, es decir, que pueda llorar por ejemplo, de tal
manera que se da cuenta de que si esta imagen desea algo, él también querrá ese
algo. Como podemos ver la parte del Imaginario que vamos a aplicar a la obra de
Balthus se relaciona con la Imagen que este niño ve en su espejo y que se
relaciona con él. Muchas veces se aplica el narcisismo se relaciona a esta
imagen que el niño está viendo. Lacan desarrollo su tesis combinándola con
observaciones procedentes de la psicología infantil y la teoría sociológica, y
sostuvo que había una forma similar de captura imaginaria del organismo por una
imagen externa. De este modo podemos afirmar que el niño se identifica
plenamente con esta imagen que esta fuera d él, y que puede ser una imagen real
en el espejo o simplemente la imagen de
otro niño. El completar de esta manera su cuerpo llevará al niño a un mejor
dominio sobre su cuerpo. En un artículo de la enciclopedia de 1938, Lacan nos
habla de la idea de que el niño pasa de los vaivenes de su conducta, pasando de
la un comportamiento tiránico y un seductor, cuando este recién está
comprendiendo las ideas que debe tener sobre su cuerpo en la representación de
esta imagen. En vez de vincular esto con un conflicto entre dos individuos, el
mismo y el espectador, Lacan afirma que esto deriva de un conflicto interno de
cada uno, resultante de una identificación con la otra parte. Y no se trata de
un momento aislado de la niñez, sino de un principio rector del desarrollo de
los seres humanos. Si me identifico con una imagen externa a mí, puedo hacer
cosas que antes no podía realizar.
Al comienzo
este niño se identifica de manera alienante, basándose en su mismo cuerpo y el
su sistema nervioso que son incompletos. Todo ello se basó en la tesis de Freud
sobre el narcisismo. De esta manera el narcisismo es parte importante en el
desarrollo de este imaginario que es construido por la madre o llamado también
Nombre de la Madre, que es que le permite al niño creer que puede realizar
hazañas irrealizables, pero que en una primera etapa de su reconocimiento le
sirven para desarrollarse como persona, en lo que se refiere también a su
psiquis. Esto sucede primero cuando el niño se reconoce en el espejo por medio
de la voz de la madre, que es la que en primer lugar en su estadio anterior,
era la que le proporcionaba todo, como por ejemplo el alimento. Esto se
traslada a la obra a Balthus de la siguiente manera, el narcisismo de la
adolescente-niña, que se relaciona con la profesora de piano y que se identifica con ella en cuanto está
le proporciona la satisfacción que desea, por el acto de la masturbación, así
como del mismo modo siente una identificación con la maestra, que hace las
veces de una espejo en el que la niña se reconoce. Del mismo modo, también
podríamos decir, que en este caso, la niña al identificarse con este ser que le
cumple los deseos de manera bastante incestuosa, de alguna manera de recuerda a
la madre, que la niña en alguna etapa de su vida a deseado en el cuerpo de su
madre, que en ese entonces era su objeto de deseo a, pero que ahora se ha
trasladado a la maestra de piano, lográndose de esta manera que se cumpla el
deseo perverso de alguna manera que guardaba dentro de ella y que son más tarde
reconocidos en esta maestra, que también representa a una especie de espejo de
su nueva realidad perversa. La adolescente niña representa del mismo modo a una
guitarra, por el hieratismo de su cuerpo representado.
Lacan llama
deseo, a lo que corrientemente se llama anhelo, mientras que el deseo es
proscrito por la consciencia. Freud ya había hecho este distingo en su obra
sobre los sueños. Un sueño puede representar un anhelo obvio. Parecería que el
sueño realiza su anhelo, pero en realidad este anhelo no es más que una
coartada. Lo más importante es averiguar por qué esa realización del anhelo
tomó la forma de lo que le satisface. El deseo equivale al proceso de
distorsión que convirtió al anhelo en otra imagen en particular, pero que se
relaciona con lo que en realidad necesita. El deseo es algo muy peculiar. En la
teoría de Lacan el deseo es algo sumamente extraño, que nada tiene que ver con
el anhelo, sino que consiste en unos mecanismos lingüísticos que tuercen y distorsionan
a ciertos elementos transformándolos en otros. Un desliz verbal es un buen
ejemplo, decir algo diferentes de lo que se quiere decir, y no saber el por
qué. El deseo está presente porque un elemento ha sido distorsionado y
modificado por otro. La presencia del deseo se deduce en la labor clínica
prestando atención a estos procesos cuando se reiteran, así como a los puntos
de ruptura, distorsión y opacidad en las asociaciones del paciente.
Acerca del
lenguaje Lacan hace referencia a que nos debemos concentrar en los puntos
redundantes y no en el mensaje mismo, los detalles minúsculos que no serían
necesarios. Del mismo modo el lenguaje que comunica Balthasar Balthus,
resumiendo un poco su
extenso nombre, es que el mensaje viene dado por los rostros de saciedad de la
muchachita y los de satisfacción
perversa de la maestra de piano, que además también es estimulada por la
muchachita, que está tocando el seno de la maestra. De esta manera se comunican
los cuerpos de manera directa, es decir, es su imagen plasmada, así como en la forma en que han sido compuestas las
mismas. La mujer aparece pues de manera
ortogonal, sentada en una silla, mientras la adolescente niña aparece de forma
diagonal curvada, mostrando un cuerpo totalmente laxo, que se deje llevar por
la pasión y el orgasmo del momento, casi como su estuviera en esta realidad del
cuadro. Debemos anotar también que el deseo, que se manifiesta perverso en la
maestra, ya que actúa de manera sádica ante su pupila, que es tomada por los
cabellos, también en una actitud bastante subyugadora, y a la vez erótica y
sensual que nos hace comprender el instante en que se devela esta obra. Sobre
Balthus, el autor Robert Cumming nos dice lo siguiente:
“Pinto
paisaje y retratos. Su obra explora la zona entre la inocencia y la
perversidad, la realidad y el sueño. Artesano lento y cuidadoso. Sus cuadros
afirmaban sus virtudes consagradas como su dominio preciso del dibujo, el óleo,
la observación de la vida, la creación consciente de la belleza, los tonos
amortiguados, los colores delicados, la luz y la primacía de la figura humana”
(p. 404)
Por otro
lado debe ser importante el hecho de que Balthus va en contra de la modernidad,
su ideología se oponía al arte abstracto y estaba decidido a demostrar la
importancia de la artesanía. Es curioso, como un autor que seguramente era
católico, logro plasmar este tipo de temática dentro de la su época, y no
solamente esta obra de La lección de piano, se acercan al lado perverso de la psiquis del ser humano. El
objeto a está representado en la obra del Balthus en la muchachita, pero a la
vez está tiene como su propio objeto a la mujer, que también es objeto de su deseo, y por lo
tanto también de su goce. Este goce que es más fuerte durante la etapa
infantil, pues rara vez un adulto tiene el grado de excitación de un niño
pequeño. Debemos hacer hincapié en que el personaje representado por la niña,
en realidad no llega a ser todavía una mujer, pero tampoco es una niña pequeña,
pero parece que igualmente aún quedan atrapadas en los bordes de sus zonas
erógenas, áreas de excitación privilegiada. El deseo en un adulto, se
representa mediante los síntomas, uno que puede ser psíquico o corporal, que se
inmiscuye en la vida del sujeto y le provoca desdicha, representa una porción
de goce que no ha sido desarticulada y que vuelve para arruinarle la
existencia. El en caso de la
adolescente, en realidad este goce se ha sido satisfecho, es decir, que lo que
deseaba de su madre en su etapa más infantil se cumple con este cuerpo
femenino, que además lo alimenta como aquella Gran Cosa, que era representada
por su madre, y que ahora está representada por su maestra.
Lo simbólico según Lacan, aplicado
a la obra de Balthus
En
lo que respecta al análisis de esta parte nos referiremos al mobiliario y
elementos que forma lo que podríamos llamar el fondo de la obra, y las
diferentes partes de la misma, en la que analizará también el tipo de color que
en ella aparecen. La obra está compuesta de la siguiente manera. Existen dos
personajes principales, que se encuentran casi en la parte central, acercándose
mas bien a la derecha de la obra, formando una especie de cruz, entre el
elemento de la maestra y la propia adolescente, logrando de esta manera que la
obra de sienta de alguna forma más dinámica. Por otra parte debido a las
acciones que en ella se realizan, podemos entender muy bien que se producen
ciertas tensiones de tipo gráfico, en la zona en que la maestra jala
eróticamente el cabello de la muchachita y en la mano con que masturba a la
misma, haciendo ver el cuerpo de la muchacha bastante laxo.
Otros
elementos de la composición son un piano que aparecen en la parte superior
izquierda de la obra y una guitarra, que
aparece en la parte frontal de la obra, y que de alguna manera representa
también el cuerpo laxo de la adolescente, mientras que el piano por otra parte
encarna de alguna manera a la mujer adulta, tanto digamos en el peso psíquico,
como en el de la imagen misma. Se le da mayor importancia a un piano en el
mundo de la música, por pertenecer a la llamada música de cámara y también a la
música clásica, mientras que a la guitarra, se le toma como a un instrumento
que pertenece a un arte menor, a los trovadores, a los decimistas, siempre de
acompañamiento en los conciertos, aunque hayan también algunos solos de
guitarras, estos son poco frecuentes. La maestra representa a este academicismo
de la música, mientras que la guitarra representa a un elemento inferior.
Debemos observar también que la guitarra tiene un tamaño infantil, es decir,
que por su tamaño, podemos decir que pertenece a la niña adolescente, que es
nombrada así por la falta de senos y de la misma manera por la ausencia de
vello púbico.
Elementos
relacionados a la obra son también la pared del fondo que posee rayas
verticales de color verde y rojo, logrando un efecto bastante cálido en la
habitación, el que podemos decir, que se relaciona un poco a la escena pasional
que se desarrolla en la misma. Por otro lado, el piso también se presenta de
manera cálida, iluminado por una luz que cubre también toda la obra, sobre todo
los personajes principales. Acerca de la vestimenta de los personajes se
observa lo siguiente: La niña aparece con una ropa bastante pulcra, aniñada,
inclusive tiene un lacito amarillo de puntitos que hace juego con su ropa que
tiene color amarillo y rojo que combinan con el lacito. Las medias de la
adolescente son además largas y blancas, destacando su recato. De todo ello se
podría decir que este personajes es mas bien pre-púber, pero que se encuentra a
punto de entrar a la adolescencia, que se puede observar en su curiosidad
sexual de estar con la maestra de piano , quien cumple sus deseos. La
muchachita tiene también una chompita roja que la cubre, y que de alguna manera
representa esa pasión que está escondida dentro de ese cuerpo pre-púber. El piano y la guitarra también
aparecen en colores cálidos, todos tirantes a los rojos, que representan la
pasión, el erotismo, y la sensualidad que se desarrollan en esta obra, cuya
pequeño tamaño y la forma casi cuadrada nos lleva a pensar en un ambiente
bastante íntimo, al que el espectador es invitado a observar con la misma
perversidad con la que los personajes realizan la escena. Por otra parte las
rayas verticales que parecen representando este papel tipo colomural, podrían
encarnar del mismo modo una especie de cárcel, no solamente formalmente
hablando, sino que expresa que el lenguaje de alguna forma está atrapado en
esta obra, y que los personajes se dejan llevar por él, cometiendo lapsus
corporales ya bastante evidentes dentro de la obra de Balthus.
Para comprender mejor a Lacan nos referiremos a los textos de Marc Strauss donde nos dice lo siguiente acerca del
lenguaje:
“[…]
Lacan afirma la anterioridad y la preeminencia del Otro sobre el sujeto.
Incluso antes de que un niño nazca, las relaciones entre sus genitores están
organizadas por la palabra: se sitúan dentro de las “leyes del lenguaje”. Las
circunstancias que presidieron dentro del marco de las “leyes del lenguaje”.
Las circunstancias que presidieron el encuentro de su padre y su madre, la
historia de éstos, forman ya una constelación que antecede a su misma
concepción” (p. 53)
Este
lenguaje está dado también por la cultura, es decir, que en la obra de Balthus
podemos ver claramente que la cultura se ve representada por la maestra, que
como autoridad, que encarna además al academicismo de la música, es la que
domina a la muchachita, que se deja llevar por esta autoridad. Otro elemento
que delate la edad de la niña adolescente es el hecho de que tiene una babuchas
que están bastante pulcras y que denotan que alguien se encarga de que su
vestimenta en general, incluyendo las babuchas se encuentren limpias, por lo
que este elemento nos da a entender que de alguna manera es considerada en casa
como un infante todavía con privilegios de engreimiento. Inclusive se han
tomado el trabajo de conseguirle clases de piano y guitarra, que ella aprovecha
mas bien en satisfacer su curiosidad sexual, propia de su edad.
La
ortogonalidad del personaje mayor
también denota la autoridad y en cierta forma una especie de falo representado
con su propio cuerpo, que revela autoridad que tiene con respecto a la menor
que mas bien se manifiesta vencida en cierta manera por la libido de ella misma
y por la experiencia del personaje de mayor edad, que la cautiva mediante sus
caricias y que en cierta manera perturba a las personas que observan la obra.
Wajcman con respecto a la pintura en
sí misma nos dice lo siguiente:
“Más allá del espacio
de la modernidad, lo que aquí se perfila es que, por esencia, en suma, la
Pintura, dedicada desde hace tanto
tiempo a representar el mundo de los objetos por medio de sus imágenes, ilusoriamente,
estaría destinada desde siempre, por esta misma razón, a “figurar” a la vez la
ausencia real de tales imágenes en el cuadro. La ausencia: este sería, antes
del soporte y de los pomos de colores, el único objeto real de la pintura […]”
(p. 95)
Al respecto
en la obra que estamos analizando todavía se manejan las representaciones
simbólicas a la manera de los contemporáneos, ya que en ninguna forma se
entiende el espacio que está comprendido fuera de este cuadro. Lo que si
podemos afirmar es que los tipos de connotaciones que produce el mismo dejan
conmocionado al espectador, causando en él muchas ruptura con su psiquis, fragmentando
de alguna manera su pensamiento, perturbando su parte siniestra, con la que se
identifica seguramente al observar este cuadro en particular.
Lo Real aplicado a La lección de guitarra
de Balthasar Balthus
Para el
desarrollo de esta parte tomaremos en
cuenta lo Real en cuanto lo siniestro, y también la idea de lo Perverso, es
decir, con las diferentes pulsiones que se dan entre la muchacha y la
maestra. Darian Leader nos dice acerca
del objeto real: “Nótese que todos estos objetos participan en rituales o
juegos con la madre. El niño puede volverse en busca de pecho y luego
rechazarlo (negarse a comer) retener o expeler sus heces, ocultar o mostrar su
mirada (“está!, ¡no está!), silenciar su voz o hacerla terriblemente presente,
como en muchos gritos prolongados. Estos elementos forman parte, pues, de
juegos de presencia y ausencia, señal de que están ligados en los simbólicos y
en el sistema de las diferencias”. (p. 122)
Lo
Real en esta obra se relaciona a lo siniestro es decir a la escena misma que se
desarrolla en el cuadro, donde los dos personajes, realizan, lo que debería
haber quedado oculto, pero que se ha dado a conocer, como nos dice Requena en
su texto sobre el tema. Del mismo modo, si lo viéramos desde el punto de un católico
recalcitrante, probablemente relacione esta escena a la pedofilia, que no viene
a referirse a nuestro caso en específico, ya que la escena es de mutuo
consentimiento, que probablemente también perturbe a una mente pacata, pero que
dado el caso solamente expresa Lo Real en forma siniestra y con bastante
acentuación en lo perverso, debido a que la escena es bastante fuerte, sexualizada por los personajes,
También podríamos decir que para algunos espectadores la obra podría
relacionarse con lo grotesco, con lo chocante, aunque en realidad solamente nos
muestra alfo que sucede muchas veces, pero que la sociedad niega abiertamente,
por no querer saber de las prácticas sexuales de las personas dentro de su
propia sociedad. El título de la obra, hace mención a una lección, es decir, a
una instrucción bien dada, bien aprendida, es decir, que después de aquella
lección se sabrá más del tema, del tema sexual, auto erógeno Si bien el piano
no aparece más que como elemente decorativo, representa igualmente la autoridad
en conocimiento de la maestra, ella tiene el conocimiento, por lo tanto ella
solamente puede trasmitir esto perverso, esto que da placer y goce y que se
relaciona a los deseos primordiales de la infancia de los algunos seres humanos
que no son aplicables al Complejo de Edipo, ya que la psiquis de las mujeres
suele ser más complicada que la de los hombres, Tomando además el hecho de que
las mismas son multiorgásmicas, mientras que el orgasmo en el hombre está
relacionado a los genitales solamente. La libido entonces se desarrolla
bastante libremente en esta escena de la obra. En lo que se refiere a lo
puramente Real podemos decir que las pulsiones se manifiestan de manera
abierta, ya que se muestran todos los instintos a flor de piel. Más abajo
aparece una definición de la misma según El encarta, del tema freudiano:
“Una suposición esencial
de la teoría freudiana es que los conflictos inconscientes involucran deseos y
pulsiones (instintos), originadas en las primeras etapas del desarrollo. Al
serle desvelados al paciente los conflictos inconscientes mediante el
psicoanálisis, su mente adulta puede encontrar soluciones inaccesibles a la
mente inmadura del niño que fue. Esta descripción de la función que cumplen las
pulsiones básicas en la vida humana es otra de las aportaciones cruciales de la
teoría freudiana.”
Lo Real es
lo que muchas veces nos relaciona a lo que no deseamos reconocer como seres
humanos, todos nuestros instintos primarios, que mantenemos ocultos a la
sociedad para vivir en ella, pero que en esta obra podemos claramente observar
y que definitivamente están relacionados a los deseo primarios infantiles por
la madre, que más tarde son trasladados a la maestra, que ocupa el mismo lugar
de autoridad de la madre, pero que nos lleva lejos de la castración de la madre
y del padre, que pudieran habernos castrado sobre el tema sexualizado que se
realiza en la escena.
Un
elemento ausente, que podemos relacionar a lo Real es la falta de ropa interior
de la muchacha. Al no aparecer en la escena, nos remite a que ella misma fue
a la lección de guitarra sin ropa
interior, lo cual podríamos traducir, en que ya había tenido otras lecciones de
piano similares, por lo que ya estaba preparada para la siguiente
escenificación de esta escena que para algunos grotesca y siniestra, aunque en
mi caso, la tomo solamente como perversa, pero de una manera bastante
sensorial, erótica y donde la libido se desarrolla de forma muy abierta.
Lo Real se
bien dando en la obra por la circunstancia que se sucede en ella, sin tapujos
ni miramientos, se muestra lo que sucede en ese espacio íntimo, donde la
complicidad de ambas hace que la obra
cobre el apelativo de Arte con A Mayúscula, pues nos golpea cunado lo
observamos, produciendo en nosotros una especie de pulsión de nuestros
instintos más primarios, que muchas veces no queremos conocer en todo su
espectro expresivo y que tampoco deseamos ver en el Arte, cuando en el fondo de
nuestro ser (inconsciente) si deseamos en realidad padecer con este tipo de
escenas perturbadoras.
Respecto
del Nombre del Padre, Juan Carlos Ubilluz nos dice lo siguiente:
“Podría
decirse que, en la modernidad, el Nombre-del-Padre acoge esta función poética,
subversiva, creadora: el poder de nombrar, y hacer existir, lo que no
existe. De allí que ciertos teóricos
lacanianos, a fin de liberarlo de sus resonancias tradicionalistas, inviertan
los elementos del término para hablar ahora del Padre-del-Nombre. Es así-en
todo caso- como a menudo ha funcionado el significante paterno en la época
moderna. Disociado de la Figuera del
viejo Amo, e identificado ahora con la Razón, el Nombre-del-Padre ha sido la
instancia de la cual se sirvieron los amos del progreso para violar las normas
del orden simbólico existente y hacer existir algo nuevo (para hacer existir,
incluso, un nuevo orden simbólico) […]” (p.21)
De lo anterior podemos afirmar que el Nombre
del Padre no se aplica en esta obra, ya que los símbolos cargados de mucho
hedonismo y fetichismo se alejan constantemente de lo que podríamos llamar la
autoridad del amo o del Nombre del Padre o La ley. Sin embargo, dentro de la
misma obra, en cuanto a los personajes se refiere si podemos afirmar que la
mujer mayor representa a una autoridad totalmente subyugante con respecto al
personaje de menor edad. Hablaremos ahora acerca de la identificación de esta
niña que aparece en la obra tomando palabras de Ubilluz, en su opinión de lo
que dice de Lacan:
“En principio, el deseo
de la madre es beneficioso para el niño puesto que lo convoca a ser deseado por ella (por el ser que le es
más querido y necesario). Como lo explica Lacan, el deseo es siempre el deseo
del Otro, de modo que, sin el deseo de la madre (en tanto primer Otro), no se suscitaría el deseo
en el niño y éste se halaría condenado al autismo. Por otro lado, sin embargo,
el deseo convocado coloca al niño en posición de súbdito, de súbdito de la
madre y su deseo […]” (p. 23)
Como vemos de lo dicho anteriormente
podemos decir con mucha audacia que esta autoridad representada por la maestra
de piano y guitarra, encarna al gran otro, que es la madre, y que hace que la
niña adolescente hace que la mujer mayor la desee. Allí juega el mismo
principio del que habla Lacan, y por lo mismo la niña adolescente se vuelve
súbdita de los deseos de la maestra madre que se representa en la obra. Es esto
justamente lo que se relaciona a lo Real, que no queremos reconocer como tal.
Ubilluz más adelante nos habla del cinismo contemporáneo y nos dice:
“El cinismo contemporáneo no tiene mucho que ver con la virtuosa
sencillez de Diógenes. Es más: si otrora el cinismo estaba asociado al
ejercicio de la singularidad en contraposición a las demandas sociales, hoy el
cinismo va de la mano con el
sometimiento de la singularidad al imperativo del goce del mercado […]” (p.28).
De este
modo vemos que el mercado del Arte ciertamente necesita de temáticas como esta,
debido a placer que les ofrece, convirtiéndose estos espectadores en especie de
voyeristas que solamente están pensando en sazonar un poco su aburrida vida
cotidiana. Más adelante nos vuelve a hablar del goce Ubilluz y nos dice:
“La cultura de mercado empuja al sujeto a procurará el goce en
una dimensión perversa del goce. Por otro lado, los excluidos de los beneficios
de la cultura global- o los directamente perjudicados por ella-encuentran un
goce en la fraternidad con otros excluidos en las sectas fundamentalistas. Pero
por más ascéticas que nos pueda parecer estas pequeñas comunidades, sus
miembros no son ajenos al imperativo al goce del mercado. No es fortuito que,
la noche antes del once de setiembre del 2001, varios de los secuestradores de
los aviones que se estrellaron contra las torres gemelas asistieran a ver
mujeres desnudas en los locales de striptease ni que uno de ellos (Hamzha
Algadami) visionara un video pornográfico […]” (p. 35).
Vemos que es necesaria en nuestras
culturas, ya sean fundamentalistas o católicas, esta necesidad de una cierta
liberación de los pensamientos, en los cuales la libido y los instintos más
primordiales que se encuentran en el inconsciente salgan a la luz por medio de
obras de todo tipo, desde los vídeos, las obras de Arte, el cine, etc. En todo
momento se necesita fetichizar algunas veces, otras veces solamente bastará con
volverse voyerista. Siempre se necesita un escape a nuestros instintos que nos
ayuden a sobrellevar nuestros verdaderos instintos. Todo este fetichismo, el
voyerismo, el sadomasoquismo, la perversidad, es la que nos hace acercarnos a
lo Real, y que más tarde ayuda a la liberalidad de estos instintos.
Acerca de lo que
nosotros llamamos Real y que fue tratado en el curso, Carmen Ollé nos hace un
comentario que está relacionado con el tema, aunque no está especificado igual
es interesante, abajo se traslada:
“En
la obra de Balthus, pintor francés, de origen Polaco, el tiempo detenido es el
de la en esas niñas, que aparecen en sus
cuadros, perturbadores por la mirada del otro/a que pareciera querer atraerlas
a ese dulce mal: el lesbianismo encantado que deslumbra nuestra mirada
hipócrita. En la “Lección de guitarra”,
la maestra ensaya en el cuerpo curvado de la niña manipulando sus partes
íntimas, y en “La recámara”, una adolescente desnuda, tendida sobre una cama,
es sorprendida por su sirviente, una enana, que tiene asida la cortina de la
venta. Estamos ante atmósferas mórbidas y ambiguas. No sabemos en “La recamara” la enana abre la cortina o va a correrla” (p.
52)
Podemos ver en lo anterior como el
espectador, en este caso una literata, nos enseña el camino, pero siempre con
un cierto pudor hacia lo Real, que siempre será subversivo y por lo tanto
creativo, por lo que es necesario en la aplicación de Arte en la actualidad. De
allí el interés en primer lugar de tratar sobre este autor y desarrollar con
mucho énfasis la parte relacionado a lo Real.
BIBLIOGRAFÍA
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