Yapatera (Un atardecer espectacular)

Atardecer en Yapatera

Atrás queda el bullicio en Chulucanas, mientras nos dirigimos pasadas las 4:00 a Yapatera, por un poco de tranquilidad. De nuevo subimos a sus lomas circundantes, pues una máquina está arreglando el camino y el ruido de los trabajadores es ensordecedor, por lo que en la loma estamos protegidas de todo el ruido que hay en Yapatera. A esta hora otras aves vuelan, unos rojizos y otros del color del café. Tras las otras lomas de Yapatera se puede observar al sol atravesando las nubes, que parecen traer un mensaje divino en medio de aquella tranquilidad develada. La gente de Yaptera sigue celebrando a su santo, pero sin el santo en la plaza central, pero nosotras en este momento nos encontramos alejadas de todo aquel ruidoso pueblo, pues por estas fechas se ha vuelto demasiado bullicioso. Contra ello, solamente las aves dan la tranquilidad necesaria al pueblo, alejadas de todo muestras sus alas contrastar contra el cielo, un poco ennegrecido este día, como si Yapatera llorará, adivinando su futuro. Los algarrobos descansan apacibles sobre las laderas de las lomas de Yapatera, divisando todo y a todos. Ellos son cortados, macheteados, arrancados todos los días por sus pobladores, algún día no quedará más que cortar, no habrá más leña para cocinar, no habrán corrales hechos de ramas de algarrobo, no existirán más sus techos de aquel tranquilo árbol. Entonces ningún norteño tendrá sombra donde cobijarse. Sentada en las laderas, igual que los pájaros en sus árboles me despido tristemente de este pueblo que crece con todos sus males. Es una pena que este maravilloso atardecer quede fotografiado como postal de antiguos tiempos. Todo desaparecerá, los algarrobos, las aves, las mariposas, su tierra amarilla bajo los tractores, los machetes, las pisadas de gente que baja de la sierra para asentarse en un mejor lugar. Yapatera te saludo, Yapatera desaparece ante mis ojos incrédulos.