viernes, 25 de febrero de 2011

Presentación poética

Juan Benavente, Tania Agüero Dejo, Roy Dávatoc

En el centro Milagros Carazas, Tania Agüero Dejo y Juan Benavente


Tania Agüero Dejo y Roy Dávatoc


En el marco de los Viernes Literarios (Casa de Mariátegui) se presentaron los poetas Tania Agüero Dejo y Roy Dávatoc que bajo la acuciosa mirada de los asistentes dieron lectura a sus respectivos poemas. Mientras la autora hablaba sobre la poética del inmigrante, el poeta nos hablaba de la soledad. Todos los asistentes disfrutaron mucho de la velada, donde además se hablo de los decimistas en el Perú, de la poesía de los dos autores, mientras preguntaban sobre diferentes temas referidos siempre a la poética de los poetas, que respondieron a sus inquietudes. Entre tanto Juan Benavente parecía estar a la espectativa de cada una de nuestras palabras, mientras gozosos dabamos todo para que la reunión fuera del agrado de todos.
A continuación dos de los poemas leídos por la autora:
Río Rímac
El pájaro enjualado añora sus antiguos bosques,
El pez en el estanque sueña en su vieja quebrada...
Tao Yuanming
Tus aguas están vacías y secas
eso dicen la mayoría de los limeños
apestas a mierda henchida
eso también lo dicen los limeños
pero a mí que soy parte Lima
que soy parte sierra
me hueles a veces a eucaliptos
dejados en veredas lejanas
y logro ver entre mis sueños
esa casita de madera que
construyó mi padre
tan cerca tan lejos
tan cerca de una mina.
(Bambú en la corriente, p. 38)
Scarlett
(OPEN 24 HOURS)
Autopistas sin sentido
acompañan esta noche
tus más perdidos pensamientos.
Se cierne un cálido sopor
dentro del auto
los vidrios polarizados agolpan tu pecho
te preguntas si a esa hora tardía
ya estará bailando descalza para ti.
Al llegar te encuentras
en la entrada con los vigilantes
una marejada de cosas pasan por tu cabeza
las paredes negras
se iluminan de luces liláceas.
Escoges un buen lugar
donde puedas depositar
tus billetes de a dólar
estiras tus piernas en la silla
te acomodas sin sopesar
sientes que su perfume se va acercando
sus manos abrazan tu cuerpo lánguido
te dan la bienvenida.
Cuando baila
sus ojos te subyugan
cómo evitar mirarla
esos cabellos largos pelirrojos
te transportan hasta su cama.
La barra está llena de borrachos
los pasillos de bebedores de cuerpos
sus instintos huelen
a vapor errante
allí dejan sus entrañas.
Al fin ella te besa la frente
sin pensar en lo inútil del tiempo
ni en lo efímero de los cuerpos.
(de Route 66)

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