viernes, 1 de enero de 2010

Talandracas (Un pueblo olvidado)

Cuando llegué a Talandracas, se veía muy callado, la gente veía desde las entradas de sus casas con mucha desconfianza, sí desconfianza de nuevo, parece ser que cuando más se aleja el pueblo de la civilización, resulta más desconfiada la gente, cuando más lejos es el lugar a los que vamos la basura va desapareciendo, pero aparecen otros males, como la tala indiscriminada de algarrobos.
MC trata como siempre de hace más entrevistas, pero está vez no le resutará tan rápido. Cada vez que trata de hacer diálogo con los pobladores, ellos se meten dentro de sus casas. Yo le digo que los más ancianos desconfian menos. Así que finalmente encuentra a Don Fernando, un anciano muy parlanchín y alegre, que por fin complacerá a Milagros. Yo mientras ocupada con la cámara hago muchos milagros escondida entre matorrales, un perro me corretea un poco, regreso cerca del poblado, tomas al informante sin que se de cuenta, eso me agrada. Me voy al campo, persigo en vano un pájaro de pecho rojo espalda negra, antifaz blanco, de unos 25 cm. ¡Bastante grande! Pero vuela muy alto y muy rápido, así que desisto. Finalmente al acabar el día logro hacer una toma fantástica de un picaflor, muy de cerca, en escala real, debido a mi perseverancia, pues hay que estar varias horas intentando las tomas, hasta que resulta en una milagrosa fotografía. Tanlandracas me brinda maravillosas aves, pero siento que la gente de campo deconfia mucho de la gente de ciudad y eso afecta bastante la investigación. Quizá por eso nos trasladamos de un pueblo a otro tan rápido. Además es comop si quisiéramos verlo todo en este viaje, y ni el dolor de los baches, las picaduras o el sueño parece detenernos. A Milagros Carazas la mueve su afán de conocer más sobre las comunidades afroperuanas, a mí las ganas de ver maravillosos paisajes, que desparecerán pronto de la faz de la tierra y ver a aquellos pájaros que dependen de esa flora para sobrevivir. ¡Sin embargo no noto ningún cambio! Cuando pregunto a la gente que hará cuando se acaben los algarrobos, me responden: Habrá entonces otro árbol para usar de leña. Verdaderamente un desconsuelo saber que destruirá la humanidad todo a su paso.

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